domingo, 29 de noviembre de 2009

II CONCURSO DE ORTOGRAFÍA Y MATEMÁTICAS


















II CONCURSO DE ORTOGRAFÍA Y MATEMÁTICAS DEL IES JAVIER GARCÍA TÉLLEZ

CELEBRACIÓN DE LAS PRUEBAS DE LA PRIMERA PRIMERA FASE
DÍA 2 DE DICIEMBRE: PRUEBA DE MATEMÁTICAS
HORA DE TUTORÍA
DÍA 9 DE DICIEMBRE: PRUEBA DE ORTOGRAFÍA
HORA DE TUTORÍA
OBJETIVOS
  • Fomentar en los estudiantes sus habilidades matemáticas y comunicativas e impulsar un proceso que lleve hacia la mejora de la calidad educativa para la formación integral del alumno.
  • Incentivar al cálculo matemático y a la práctica ortográfica.

    • DESTINATARIOS


            • Los destinatarios de este concurso son los alumnos de ESO matriculados en el IES “Javier García Téllez”. Podrán participar todos los alumnos matriculados en el Centro de primero, segundo, tercero y cuarto de ESO.
    • Habrá dos categorías. Una primera categoría la formarán los alumnos de 1º y 2º de ESO. La segunda categoría agrupará a los alumnos de 3º y 4º de ESO:
      NORMAS GENERALES DE LA PRUEBA
      Cada una de las pruebas constará de una serie de ejercicios de carácter práctico.
      Las pruebas serán escritas, tanto en Ortografía como en Matemáticas.
      Se valorará la presentación y limpieza del ejercicio.
      En Ortografía se contabilizan como faltas cada una de las posibles incorrecciones que existieran en la misma palabra, incluidas las tildes. Si la palabra no estuviera claramente escrita o diera lugar a dudas tanto por su caligrafía como por su ortografía, o bien se escribiera otra distinta de la dictada o quedara en blanco contaría como un único error. En cualquier caso, el jurado aplicará la normativa de la última edición de la Ortografía de la Real Academia.
      En Matemáticas, la prueba será escrita, constará de una serie de ejercicios de cálculo y unos problemas, para resolverlos los participantes deberán utilizar tanto la lógica como las herramientas matemáticas que conozcan.
      Se valorará tanto el planteamiento como la claridad y corrección de los resultados.
      FASES DE REALIZACIÓN
      El concurso se realizará en tres fases:
      1ª FASE
      Se celebrará en diciembre, al finalizar la 1ª Evaluación.
      ORTOGRAFÍA
      Los participantes tendrán que realizar una prueba escrita con palabras seleccionadas que estén recogidas en la última edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Pasarán a la siguiente fase (semifinal) únicamente aquellos participantes que hayan alcanzado el 50% (cincuenta por ciento) de palabras sin error.
      MATEMÁTICAS
      La prueba constará de 8 ejercicios de cálculo numérico y 2 problemas.
      Pasarán a la siguiente fase el 40% de los participantes que hayan tenido los mejores resultados.
      2ª FASE
      Se celebrará en el segundo trimestre del curso escolar.
      Los participantes tendrán que realizar una prueba con palabras seleccionadas del Diccionario de la Real Academia Española. Esta fase (semifinal) tendrá carácter eliminatorio para aquellos participantes que no alcancen el 80% (ochenta por ciento) de palabras sin error.
      MATEMÁTICAS
      La prueba constará de 7 ejercicios de cálculo numérico y 3 problemas.
      Pasarán a la siguiente fase el 40% de los participantes, estos serán los que hayan tenido mejores resultados
      3ª FASE
      Se celebrará durante la Semana Cultural.
      Los participantes tendrán que realizar una prueba con palabras seleccionadas del Diccionario de la Real Academia Española y cinco frases que presenten alguna dificultad ortográfica (estas frases se tendrán en cuenta sólo en el posible caso de un empate entre dos o más concursantes que aspiren a premio).

      En esta tercera fase (final) se nombrará ganador del Concurso al alumno que no exceda de dos faltas.

      En caso de empate se repetirá la prueba con otra prueba similar entre los alumnos empatados, hasta obtener el participante con la cantidad requerida de palabras sin error y por lo tanto ése será el ganador del Concurso.
      En orden decreciente, obtendrán el segundo puesto y el tercer puesto aquellos participantes que hubieren obtenido menor cantidad de errores.
      MATEMÁTICAS
      La prueba constará de 6 ejercicios de cálculo numérico y 4 problemas. Ganarán el concurso los tres participantes que obtengan mejores resultados. En caso de empate en esta última fase, se tendrán en cuenta los resultados obtenidos en las anteriores fases del concurso.
      A la hora de puntuar cada una de las fases, se considerará no sólo el resultado
      final, sino también el planteamiento, la claridad en la ejecución de los ejercicios y los
      razonamientos realizados.
    PREMIOS
    Los premios serán entregados durante la Semana Cultural. Los participantes premiados deberán acudir personalmente a recibir el premio.
    DOTACIÓN DE PREMIOS
    • Un 1er premio para el 1er clasificado y diploma en cada categoría.
    • Un 2º premio para el 2º clasificado y diploma en cada categoría.
    • Un 3er premio para el 3er clasificado y diploma en cada categoría.
    (VER BASES DEL CONCURSO)
    TEMARIO DE MATEMÁTICAS
    1. ARITMÉTICA:
    Razones y proporciones
    Proporcionalidad
    Porcentaje
    Operaciones fundamentales
    Divisibilidad
    Números primos
    Números racionales
    Potenciación y radicación
    2. ALGEBRA:
    Sistema de ecuaciones e inecuaciones de primer grado con dos variables
    Funciones y progresiones
    Función exponencial y logarítmica
    3. GEOMETRÍA:
    Polígonos y Circunferencias
    Razones trigonométricas en el triángulo rectángulo
    Geometría analítica plana
    TEMARIO DE ORTOGRAFÍA
    1. ORTOGRAFÍA DE LAS LETRAS:
    Las letras b, v y w
    Las letras c, k, q, z; dígrafo ch
    Las letras g, j
    La letra “h”
    El dígrafo ll y las letras y,i
    La letra ñ
    La letra p
    El grupo r, rr
    Las letras x y s
    El grupo “cc”
    Las letras “c, k” y el dígrafo “qu”
    La letra “d”
    Las letras “n” y “m”
    2. USO DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS. ACENTUACIÓN DE LAS MAYÚSCULAS.
    3. REGLAS GENERALES DE ACENTUACIÓN.
    Palabras Agudas
    Palabras Graves
    Palabras Esdrújulas
    Palabras Sobresdrújulas
    4. ACENTUACIÓN DE DIPTONGOS, TRIPTONGOS E HIATOS.
    Diptongo
    Hiato
    Triptongo
    5. LA TILDE DIACRÍTICA.
    Acentuación de los monosílabos
    Acentuación de los demostrativos
    Acentuación de interrogativos y exclamativos
    Acentuación de solo y sólo
    6. ACENTUACIÓN DE PALABRAS COMPUESTAS.
    Acentuación de adverbios terminados en “mente”
    Acentuación de palabras compuestas con guión
    Acentuación de formas verbales con pronombres enclíticos
    7. ACENTUACIÓN DE VOCES Y EXPRESIONES LATINAS.
    8. ACENTUACIÓN DE PALABRAS DE OTRAS LENGUAS.
    9. SIGNOS DE PUNTUACIÓN.
    Uso del punto
    Uso de la coma
    Uso de los dos puntos
    Uso del punto y coma
    Uso de los puntos suspensivos
    Uso de los signos de interrogación y exclamación
    Uso de los paréntesis y corchetes
    Uso de la raya
    Uso de las comillas
    Otros signos ortográficos: Diéresis, guión, asterisco. División de palabras al final de renglón
    10.- OTRAS CUESTIONES ORTOGRÁFICAS.
    Las abreviaturas
    Las siglas y los acrónimos
    Los numerales
    Los símbolos
    Palabras homófonas y parónimas

    lunes, 9 de noviembre de 2009

    COMENTARIO DE FRAN JIMÉNEZ SOBRE FABULOSAS NARRACIONES POR HISTORIAS DE ANTONIO OREJUDO


    Irreverente novela sobre los ideales propuestos por Ortega para implantar una nueva estética artística y literaria en la España de los años 20.
    Tres jóvenes intentan dinamitar los presupuestos de La Residencia de Estudiantes. Un sobrino de Azorín, otro de Pereda y un pueblerino adinerado hacen de las suyas en Madrid para reivindicar una estética no sujeta a los preceptos de Ortega y Gasset. Patricio (sobrino de Pereda) escribe una novela realista y no consigue publicarla porque no está dentro de los cánones de Ortega. Es el hilo conductor.
    Humor a raudales, sobredosis de actuación de los personajes, una prosa ligera y unas opiniones sobre la novela son los ingredientes de la novela. Los personajes y los diálogos son excelentes.
    El trato dado a Juan Ramón y Ortega son absolutamente irreverentes. Los muchachos no dejan títere con cabeza.
    En algunos episodios hay sexo brutal y desternillantes (no apto para espíritus mojigatos).
    En otras ocasiones se dan opiniones literarias alejadas de los cánones, la interpretación que da un tertuliano sobre La Regenta es muy interesante.
    No tengo la fomación suficiente para profundizar en el contenido exacto, no sé si los episodios son inventados o reales, o un poco de todo. Pero me gusta esta información que da el libro. Desde luego, después de leer la novela tu opinión sobre Lorca y las Vanguardias no será la misma. Y si hay algo de invención o de realidad no afecta en nada a la lectura de la novela.
    Hay detalles de finura, por ejemplo uno de los temas principales del libro es la amistad, como se nos ha dicho muchas veces de la Generación del 27. Otro de los temas es el debate sobre las vanguardias, incluída la del surrealismo francés, con quien son comparados nuestros protagosnistas. Otro tema secundario, pero también ocupa un lugar importante, es la literatura pornográfica, ahí no digo nada más sino que el lector opine sobre los casos que se plantean en la revista La Pasión, absolutamente desquiciados y la respuesta del doctor que atiende el consultorio sexológico. Como todos sabemos en estos casos las revistas siempre están de parte del que hace la consulta, aunque te digan que si es normal acostarse con su misma madre. La respuesta es, claro, por qué no.
    ¿Y las tertulias literarias? Son escenas maravillosas de la novela. Otra desmitificación.
    El entramado económico de la Residencia también es interesante, aunque no sé si es parte de la ficción o hubo algo de buscar una generación nueva de escritores movida por intereses comerciales. Pienso que para mover dinero de verdad se podrían haber inventado una generación de novelistas y no de poetas. El narrador sostiene que fue porque Ortega no fue capaz de llevar a cabo un novela vanguardista con éxito. Pero me imagino que la realidad es mucho más compleja.
    Otra lectura posible sería la de tratar de desmitificar a los escritores y obras que se nos presentan como canónicas y de las que apenas podemos decir nada nuevo. En este sentido, Juan Ramón, Unamuno, Lorca y Ortega son cabezas de turco de un novelista que trata de mirar a los escritores como personas, con sus mezquindades y grandezas.


    Una novela recomendable, pero no para todos los públicos, abstenerse académicos de la literatura.

    En el blog "Apostillas y opiniones"

    YO YA LO HE LEÍDO

    Si quieres leer la crítica de CAÍN de José Saramago pincha en la siguiente dirección:
    www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26113/Cain

    jueves, 22 de octubre de 2009

    RAFAEL CHIRBES EN EL AULA JOSÉ MARÍA VALVERDE

    Escritor y crítico literario nacido en Tabernes de Valldigna, Valencia, el 27 de junio de 1949. Estudió Historia Moderna y Contemporánea en Madrid. Ha vivido en Marruecos (en donde fue profesor de español), París, Barcelona, A Coruña o Extremadura y regresó en el 2000 a Valencia. Fue crítico literario , escritor de relatos de viajes y también de reseñas gastronómicas.
    Su primera novela, Mimoun (1988), fue finalista del Premio Herralde y su obra La larga marcha (1996) fue galardonada con el premio alemán SWR-Bestenliste. Con esta novela inició una trilogía sobre la sociedad española que abarca desde la posguerra hasta la transición, que se completa con La caída de Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003). Con Crematorio (2007) hizo un retrato demoledor de la especulación inmobiliaria, y recibió el Premio Nacional de la Crítica, además de muchos otros reconocimientos tanto de la crítica especializada como del público.

    jueves, 21 de mayo de 2009

    ARTHUR CONAN DOYLE 1859 - 2009. UNA LECTURA NECESARIA.


    Sir Arthur Conan Doyle nació el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo ( Escocia). Estudió medicina, pero también se dedicaba a escribir relatos y fue el creador de  Sherlock Holmes, tal vez el detective más famoso de la novela policíaca que aplicó el método deductivo a la resolución de los enigmas. La primera vez que apareció fue en Estudio en escarlata, novela de 1887, y aunque tuvo éxito con novelas Las aventuras de Sherlock Holmes o El retorno de Sherlock Holmes o  El libro de casos  de Sherlock Holmes, su novela más acertada fue El sabueso de los Baskerville, novela que publicó por entregas en el Strand Magazine entre 1901 y 1902. Así arranca la novela

    1. El señor Sherlock Holmes

    El señor Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie junto a la chimenea, me agaché para recoger el bastón olvidado por nuestro visitante de la noche anterior. Sólido, de madera de buena calidad y con un abultamiento a modo de empuñadura, era del tipo que se conoce como
    «abogado de Penang». Inmediatamente debajo de la protuberancia el bastón llevaba una ancha tira de plata, de más de dos centímetros, en la que estaba grabado «A James Mortimer, MRCS ( Miembro del Real Colegio de Cirujanos - Member of the Royal College of Surgeons), de sus amigos de CCH», y el año, « 1884». Era exactamente la clase de bastón que solían llevar los médicos de cabecera a la antigua usanza: digno, sólido y que inspiraba confianza.

    -Veamos, Watson, ¿a qué conclusiones llega?

    Holmes me daba la espalda, y yo no le había dicho en qué me ocupaba.

    -¿Cómo sabe lo que estoy haciendo? Voy a creer que tiene usted ojos en el cogote.

    -Lo que tengo, más bien, es una reluciente cafetera con baño de plata delante de mí -me respondió-. Vamos, Watson, dígame qué opina del bastón de nuestro visitante. Puesto que hemos tenido la desgracia de no coincidir con él e ignoramos qué era lo que quería, este recuerdo fortuito adquiere importancia. Descríbame al propietario con los datos que le haya proporcionado el examen del bastón.

    -Me parece -dije, siguiendo hasta donde me era posible los métodos de mi compañero- que el doctor Mortimer es un médico entrado en años y prestigioso que disfruta de general estimación, puesto que quienes lo conocen le han dado esta muestra de su aprecio.

    -¡Bien! -dijo Holmes-. ¡Excelente!

    -También me parece muy probable que sea médico rural y que haga a pie muchas de sus visitas.

    -¿Por qué dice eso?

    -Porque este bastón, pese a su excelente calidad, está tan baqueteado que difícilmente imagino a un médico de ciudad llevándolo. El grueso regatón de hierro está muy gastado, por lo que es evidente que su propietario ha caminado mucho con él.

    -¡Un razonamiento perfecto! -dijo Holmes.

    -Y además no hay que olvidarse de los «amigos de CCH». Imagino que se trata de una asociación local de cazadores, a cuyos miembros es posible que haya atendido profesionalmente y que le han ofrecido en recompensa este pequeño obsequio.

    -A decir verdad se ha superado usted a sí mismo -dijo Holmes, apartando la silla de la mesa del desayuno y encendiendo un cigarrillo-. Me veo obligado a confesar que, de ordinario, en los relatos con los que ha tenido usted a bien recoger mis modestos éxitos, siempre ha subestimado su habilidad personal. Cabe que usted mismo no sea luminoso, pero sin duda es un buen conductor de la luz. Hay personas que sin ser genios poseen
    un notable poder de estímulo. He de reconocer, mi querido amigo, que estoy muy en deuda con usted.

    Hasta entonces Holmes no se había mostrado nunca tan elogioso, y debo reconocer que sus palabras me produjeron una satisfacción muy intensa, porque la indiferencia con que recibía mi admiración y mis intentos de dar publicidad a sus métodos me había herido en muchas ocasiones. También me enorgullecía pensar que había llegado a dominar su sistema lo bastante como para aplicarlo de una forma capaz de merecer su aprobación. Acto seguido Holmes se apoderó del bastón y lo examinó durante unos minutos. Luego, como si algo hubiera despertado especialmente su interés, dejó el cigarrillo y se trasladó con el bastón junto a la ventana, para examinarlo de nuevo con una lente convexa.

    -Interesante, aunque elemental -dijo, mientras regresaba a su sitio preferido en el sofá-. Hay sin duda una o dos indicaciones en el bastón que sirven de base para varias deducciones.

    -¿Se me ha escapado algo? -pregunté con cierta presunción-. Confío en no haber olvidado nada importante.

    -Mucho me temo, mi querido Watson, que casi todas sus conclusiones son falsas. Cuando he dicho que me ha servido usted de estímulo me refería, si he de ser sincero, a que sus equivocaciones me han llevado en ocasiones a la verdad. Aunque tampoco es cierto que se haya equivocado usted por completo en este caso. Se trata sin duda de un médico rural que camina mucho.

    -Entonces tenía yo razón. -Hasta ahí, sí.

    -Pero sólo hasta ahí.

    -Sólo hasta ahí, mi querido Watson; porque eso no es todo, ni mucho menos. Yo consideraría más probable, por ejemplo, que un regalo a un médico proceda de un hospital y no de una asociación de cazadores, y que cuando las iniciales CC van unidas a la palabra hospital, se nos ocurra enseguida que se trata de Charing Cross.

    -Quizá tenga usted razón.

    -Las probabilidades se orientan en ese sentido. Y si adoptamos esto como hipótesis de trabajo, disponemos de un nuevo punto de partida desde donde dar forma a nuestro desconocido visitante.

    -De acuerdo; supongamos que «CCH» significa «hospital de Charing Cross»; ¿qué otras conclusiones se pueden sacar de ahí?

    -¿No se le ocurre alguna de inmediato? Usted conoce mis métodos. ¡Aplíquelos!

    -Sólo se me ocurre la conclusión evidente de que nuestro hombre ha ejercido su profesión en Londres antes de marchar al campo.

    -Creo que podemos aventurarnos un poco más. Véalo desde esta perspectiva. ¿En qué ocasión es más probable que se hiciera un regalo de esas características? ¿Cuándo se habrán puesto de acuerdo sus amigos para darle esa prueba de afecto? Evidentemente en el momento en que el doctor Mortimer dejó de trabajar en el hospital para abrir su propia consulta. Sabemos que se le hizo un regalo. Creemos que se ha producido un cambio y que el doctor Mortimer ha pasado del hospital de la ciudad a una consulta en el campo.
    ¿Piensa que estamos llevando demasiado lejos nuestras deducciones si decimos que el regalo se hizo con motivo de ese cambio?

    -Parece probable, desde luego.

    -Observará usted, además, que no podía formar parte del personal permanente del hospital, ya que tan sólo se nombra para esos puestos a profesionales experimentados, con una buena clientela en Londres, y un médico de esas características no se marcharía después a un pueblo. ¿Qué era, en ese caso? Si trabajaba en el hospital sin haberse incorporado al personal permanente, sólo podía ser cirujano o médico interno: poco
    más que estudiante posgraduado. Y se marchó hace cinco años; la fecha está en el bastón. De manera que su médico de cabecera, persona seria y de mediana edad, se esfuma, mi querido Watson, y aparece en su lugar un joven que no ha cumplido aún la treintena, afable, poco ambicioso, distraído, y dueño de un perro por el que siente gran afecto y que describiré aproximadamente como más grande que un terrier pero más
    pequeño que un mastín.

    Yo me eché a reír con incredulidad mientras Sherlock Holmes se recostaba en el sofá y enviaba hacia el techo temblorosos anillos de humo.

    -En cuanto a sus últimas afirmaciones, carezco de medios para rebatirlas -dije-, pero al menos no nos será difícil encontrar algunos datos sobre la edad y trayectoria profesional de nuestro hombre.

    Del modesto estante donde guardaba los libros relacionados con la medicina saqué el directorio médico y, al buscar por el apellido, encontré varios Mortimer, pero tan sólo uno que coincidiera con nuestro visitante, por lo que procedí a leer en voz alta la nota biográfica.

    «Mortimer, James, MRCS, 1882, Grimpen, Dartmoor, Devonshire. De 1882 a 1884 cirujano interno en el hospital de Charing Cross. En posesión del premio Jackson de patología comparada, gracias al trabajo titulado "¿Es la enfermedad una regresión?". Miembro correspondiente de la Sociedad Sueca de Patología. Autor de "Algunos fenómenos de atavismo" (Lancet, 1882), "¿Estamos progresando?" (Journal of Psychology,
    marzo de 1883). Médico de los municipios de Grimpen, Thorsley y High Barrow».

    -No se menciona ninguna asociación de cazadores -comentó Holmes con una sonrisa maliciosa-; pero sí que nuestro visitante es médico rural, como usted dedujo atinadamente. Creo que mis deducciones están justificadas.

    Por lo que se refiere a los adjetivos, dije, si no recuerdo mal, afable, poco ambicioso y distraído. Según mi experiencia, sólo un hombre afable recibe regalos de sus colegas, sólo un hombre sin ambiciones abandona una carrera en Londres para irse a un pueblo y sólo una persona distraída deja el bastón en lugar de la tarjeta de visita después de esperar una hora.

    -¿Y el perro?

    -Está acostumbrado a llevarle el bastón a su amo. Como es un objeto pesado, tiene que sujetarlo con fuerza por el centro, y las señales de sus dientes son perfectamente visibles. La mandíbula del animal, como pone de manifiesto la distancia entre las marcas, es, en mi opinión, demasiado ancha para un terrier y no lo bastante para un mastín. Podría ser..., sí, claro que sí: se trata de un spaniel de pelo rizado.

    Holmes se había puesto en pie y paseaba por la habitación mientras hablaba. Finalmente se detuvo junto al hueco de la ventana. Había un tono tal de convicción en su voz que levanté la vista sorprendido.

    -¿Cómo puede estar tan seguro de eso?

    -Por la sencilla razón de que estoy viendo al perro delante de nuestra casa, y acabamos de oír cómo su dueño ha llamado a la puerta. No se mueva, se lo ruego. Se trata de uno de sus hermanos de profesión, y la presencia de usted puede serme de ayuda. Éste es el momento dramático del destino, Watson: se oyen en la escalera los pasos de alguien que se dispone a entrar en nuestra vida y no sabemos si será para bien o para mal. ¿Qué es lo que el doctor James Mortimer, el científico, desea de Sherlock Holmes, el detective?

    ¡Adelante!

    El aspecto de nuestro visitante fue una sorpresa para mí, dado que esperaba al típico médico rural y me encontré a un hombre muy alto y delgado, de nariz larga y ganchuda, disparada hacia adelante entre unos ojos grises y penetrantes, muy juntos, que centelleaban desde detrás de unos lentes de montura dorada. Vestía de acuerdo con su profesión, pero de manera un tanto descuidada, porque su levita estaba sucia y los pantalones, raídos. Cargado de espaldas, aunque todavía joven, caminaba echando la cabeza hacia adelante y ofrecía un aire general de benevolencia corta de vista. Al entrar, sus ojos tropezaron con el bastón que Holmes tenía entre las manos, por lo que se precipitó hacia él lanzando una exclamación de alegría.

    -¡Cuánto me alegro! -dijo-. No sabía si lo había dejado aquí o en la agencia marítima. Sentiría mucho perder ese bastón.

    -Un regalo, por lo que veo -dijo Holmes.

    -Así es.

    -¿Del hospital de Charing Cross?

    -De uno o dos amigos que tenía allí, con ocasión de mi matrimonio.

    -¡Vaya, vaya! ¡Qué contrariedad! -dijo Holmes, agitando la cabeza.

    -¿Cuál es la contrariedad?

    -Tan sólo que ha echado usted por tierra nuestras modestas deducciones. ¿Su matrimonio, ha dicho?

    -Sí, señor. Al casarme dejé el hospital, y con ello toda esperanza de abrir una consulta. Necesitaba un hogar.

    -Bien, bien; no estábamos tan equivocados, después de todo -dijo Holmes-. Y ahora, doctor James Mortimer...

    -No soy doctor; tan sólo un modesto MRCS.

    -Y persona amante de la exactitud, por lo que se ve.

    -Un simple aficionado a la ciencia, señor Holmes, coleccionista de conchas en las playas del gran océano de lo desconocido. Imagino que estoy hablando con el señor Sherlock Holmes y no...

    -No se equivoca; yo soy Sherlock Holmes y éste es mi amigo, el doctor Watson.

    -Encantado de conocerlo, doctor Watson. He oído mencionar su nombre junto con el de su amigo. Me interesa usted mucho, señor Holmes. No esperaba encontrarme con un cráneo tan dolicocéfalo ni con un arco supraorbital tan pronunciado. ¿Le importaría que recorriera con el dedo su fisura parietal? Un molde de su cráneo, señor mío, hasta que pueda disponerse del original, sería el orgullo de cualquier museo antropológico.

    No es mi intención parecer obsequioso, pero confieso que codicio su cráneo.

    Sherlock Holmes hizo un gesto con la mano para invitar a nuestro extraño visitante a que tomara asiento. - Veo que se entusiasma usted tanto con sus ideas como yo con las mías -dijo-. Y observo por su dedo índice que se hace usted mismo los cigarrillos. No dude en encender uno si así lo desea.

    El doctor Mortimer sacó papel y tabaco y lió un pitillo con sorprendente destreza. Sus dedos, largos y temblorosos, eran tan ágiles e inquietos como las antenas de un insecto.
    Holmes guardó silencio, pero la intensidad de su atención me demostraba el interés que despertaba en él nuestro curioso visitante.

    -Supongo -dijo finalmente-, que no debemos el honor de su visita de anoche y ésta de hoy exclusivamente a su deseo de examinar mi cráneo.

    -No, claro está; aunque también me alegro de haber tenido la oportunidad de hacerlo, he acudido a usted, señor Holmes, porque no se me oculta que soy una persona poco práctica y porque me enfrento de repente con un problema tan grave como singular. Y reconociendo, como yo lo reconozco, que es usted el segundo experto europeo mejor cualificado...

    -Ah. ¿Puedo preguntarle a quién corresponde el honor de ser el primero? -le interrumpió Holmes con alguna aspereza.

    -Para una persona amante de la exactitud y de la ciencia, el trabajo de monsieur Bertillon tendrá siempre un poderoso atractivo.

    -¿No sería mejor consultarle a él en ese caso?

    -He hablado de personas amantes de la exactitud y de la ciencia. Pero en cuanto a sentido práctico todo el mundo reconoce que carece usted de rival. Espero, señor mío, no haber...

    -Tan sólo un poco -dijo Holmes-. No estará de más, doctor Mortimer, que, sin más preámbulo, tenga la amabilidad de contarme en pocas palabras cuál es exactamente el problema para cuya resolución solicita mi ayuda.

     

    miércoles, 20 de mayo de 2009

    EL SUR TAMBIÉN EXISTE PARA MARIO BENEDETTI

    IN MEMORIAM

    (Montevideo,17 de mayo de 2009)

    Te leeremos siempre. Mario Benedetti nació en 1920 en Uruguay. Es el autor de novelas y relatos como Primavera con una esquina rota, ensayista,  autor teatral, crítico y poeta. Renovador del lenguaje. Hombre y escritor comprometido con su tiempo nos deja su palabra.

    Con su ritual de acero 
    sus grandes chimeneas 
    sus sabios clandestinos 
    su canto de sirenas 
    sus cielos de neón 
    sus ventanas navideñas 
    su culto a dios padre 
    y de las charreteras 
    con sus llaves del reino 
    el norte es el que ordena

    pero aquí abajo abajo 
    el hambre disponible 
    recorre el fruto amargo 
    de lo que otros deciden 
    mientras que el tiempo pasa 
    y pasan los desfiles 
    y se hacen otras cosas 
    que el norte no prohíbe 
    con su esperanza dura 
    el sur también existe

    con sus predicadores 
    sus gases que envenenan 
    su escuela de chicago 
    sus dueños de la tierra 
    con sus trapos de lujo 
    y su pobre osamenta 
    sus defensas gastadas 
    sus gastos de defensa 
    son su gesta invasora 
    el norte es el que ordena

    pero aquí abajo abajo 
    cada uno en su escondite 
    hay hombres y mujeres 
    que saben a qué asirse 
    aprovechando el sol 
    y también los eclipses 
    apartando lo inútil 
    y usando lo que sirve 
    con su fe veterana 
    el sur también existe

    con su corno francés 
    y su academia sueca 
    su salsa americana 
    y sus llaves inglesas 
    con todos sus misiles 
    y sus enciclopedias 
    su guerra de galaxias 
    y su saña opulenta 
    con todos sus laureles 
    el norte es el que ordena

    pero aquí abajo abajo 
    cerca de las raíces 
    es donde la memoria 
    ningún recuerdo omite 
    y hay quienes se desmueren 
    y hay quienes se desviven 
    y así entre todos logran 
    lo que era un imposible 
    que todo el mundo sepa 
    que el sur también existe.

    ...

     

    Cuando uno se lava la cabeza los pensamientos se purifican.

     

    Las ventanas son los ojos del mundo y las cortinas sus párpados.

     

    La vocación suele estar a pocos centímetros de la equivocación.

     

    DE PALABRA EN PALABRA

                Uno de los trayectos más estimulantes de esta vida es el tránsito por el idioma. El pensamiento avanza de palabra en palabra. Es una senda llena de sorpresas y algunas veces totalmente inédita. Y cuando pasa a ser sonido, cuando cada vocablo por fin coincide con la voz que lo espera, entonces lo normal se convierte en milagro. Paso a paso, sílaba a sílaba, el idioma pasa a ser una revelación. Y qué placer cuando un prójimo cualquiera sale a nuestro encuentro, paso a paso también, sílaba a sílaba, y su palabra se abraza con la nuestra.

                Las maravillas y las impurezas emergen repentinamente del olvido y se introducen sin permiso en nuestro asombro. Gracias al idioma, sobrevivimos. Porque somos palabra, quién lo duda. El lenguaje es una bolsa de ideas, una metafísica que no tiene reglas, una propuesta que cada día es distinta.

                Al flanco de los cedros y los pinos crecen los nombres y las flores, porque el lenguaje es también un jardín.