sábado, 28 de marzo de 2009

MARIANO JOSÉ DE LARRA (24 DE MARZO DE 1809 - 24 DE MARZO DE 2009):EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO.


Un 24 de marzo de 1809 nacía en la antigua sede de la Real Casa de Moneda de Madrid, Mariano José de Larra. Es considerado el padre del periodismo moderno. La situación política, social y económica que le tocó vivir a Fígaro, pseudónimo con el que firmaba sus artículos, fue gris. Como gris era una situación personal que no logró digerir. Larra se pegó un tiro en la sien el 13 de febrero de 1837, un lunes de Carnaval. Justo antes de recibir la visita de su amante. Sin embargo, Jesús Miranda, descendiente del escritor, asegura en una biografía que murió "por España y no por el amor a una mujer".

Creador del artículo crítico y mordaz; progresista, dramaturgo y narrador, autor de frases célebres como "Vuelva usted mañana", "Escribir en Madrid es llorar" o su famoso "Aquí yace media España. Murió la otra media".Ante todo, periodista. Fue el periodista más importante del XIX y del XX. A Larra le tocó vivir un pedacito de la historia de España que contribuiría a enriquecer una prosa ya de por sí espléndida. Nació en Madrid en plena Guerra de la Independencia contra los franceses. A los cuatro años se fue con su familia a París, con su padre, un médico afrancesado que sirvió en el ejército francés. Regresaría a Madrid, cinco años después.
A los cinco años hablaba y escribía francés como español. A los nueve estudiaba gramática latín y griego y a los doce tradujo La Ilíada, de Homero. Con 19 años escribía su folleto El duende satírico.

Las circusntancias históricas no fueron las únicas que marcaron su trayectoria. Con un matrimonio frustrado , Larra "fue un niño sin niñez y con un desarrollo prematuro dentro de una familia avanzada", considera Miranda- autor de una bografía-, quien define al escritor como "un dandy, amigo de sus pocos amigos, entre ellos Espronceda, rebelde, enamoradizo, reservado, escéptico y misántropo".Y en esta biografía, Jesús Miranda de Larra sostiene que el escritor se suicidó "por España y no por el amor a una mujer". Fue un hombre que luchó por cambiar España y al ver que no pudo integrarse en una España sin progreso, se pegó un tiro". La situación política, social y económica que le toco vivir a Fígaro fue desastrosa y gris. La transición del antiguo régimen al liberalismo.
Lo cierto es que Larra se pegó un tiro en la sien el 13 de febrero de 1837 en su casa madrileña de la calle de Santa Clara, un lunes de Carnaval tras recibir la visita de su amante, Dolores Armijo, pidiéndole las cartas de amor que ella le había enviado, porque quería salvar su matrimonio.
Este hecho ha protagonizado ríos de tinta, obras de teatro y ha sido novelado, sobre todo, por uno de los especialistas en la vida y obra de Larra, Juan Eduardo Zúñiga, autor de Balas de plomo, novela en la que recrea el día que Fígaro puso fin a su vida.


Vuelva usted mañana
Mariano José de Larra

Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza; nosotros, que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de este pecado, por más que conozcamos que hay pecados que pican en historia, y que la historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida. Convengamos solamente en que esta institución ha cerrado y cerrará las puertas del cielo a más de un cristiano.
Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre de nuestro país una idea exagerada e hiperbólica, de estos que, o creen que los hombres aquí son todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos, o que son aún las tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro carácter se conserva intacto como nuestra ruina; en el segundo vienen temblando por esos caminos, y pregunta si son los ladrones que los han de despojar los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino, comunes a todos los países.
Verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni a segunda vista, y si no temiéramos que nos llamasen atrevidos, lo compararíamos de buena gana a esos juegos de manos sorprendentes e inescrutables para el que ignora su artificio, que estribando en una grandísima bagatela, suelen después de sabidos dejar asombrado de su poca perspicacia al mismo que se devanó los sesos por buscarles causas extrañas. Muchas veces la falta -pág. 5- de una causa determinante en las cosas nos hace creer que debe de haberlas profundas para mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en alta voz que las cosas son incomprensibles cuando no las comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su torpeza.
Esto no obstante, como quiera que entre nosotros mismos se hallen muchos en esta ignorancia de los verdaderos resortes que nos mueven, no tendremos derecho para extrañar que los extranjeros no los puedan tan fácilmente penetrar.
Un extranjero de estos fue el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían.
Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Pareciome el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admirole la proposición, y fue preciso explicarme más claro.
-Mirad -le dije-, monsieur Sans-délai -que así se llamaba-; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
-Ciertamente -me contestó-. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizadas en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince cinco días.
Al llegar aquí monsieur Sans-délai traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fue bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.
-Permitidme, monsieur Sans-délai -le dije entre socarrón y formal-, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.
-¿Cómo?
-Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
-¿Os burláis?
-No por cierto.
-¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
-Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
-¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal siempre de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
-Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
-¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
-Todos os comunicarán su inercia.
Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.
Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido , declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días; fuimos.
-Vuelva usted mañana -nos respondió la criada-, porque el señor no se ha levantado todavía.
-Vuelva usted mañana -nos dijo al siguiente día-, porque el amo acaba de salir.
-Vuelva usted mañana -nos respondió al otro-, porque el amo está durmiendo la siesta.
-Vuelva usted mañana -nos respondió el lunes siguiente-, porque hoy ha ido a los toros.
-¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y «Vuelva usted mañana -nos dijo-, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio».
A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz, y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.
Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las reclamaciones.
Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.
No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el sombrerero a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y sin salir de casa.
Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!
-¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? -le dije al llegar a estas pruebas.
-Me parece que son hombres singulares...
-Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.
Presentose con todo, yendo y viniendo días, una proposición de mejoras para un ramo que no citaré, quedando recomendada eficacísimamente.
A los cuatro días volvimos a saber el éxito de nuestra pretensión.
-Vuelva usted mañana -nos dijo el portero-. El oficial de la mesa no ha venido hoy.
«Grande causa le habrá detenido», dije yo entre mí. Fuímonos a dar un paseo, y nos encontramos, ¡qué casualidad!, al oficial de la mesa en el Retiro, ocupadísimo en dar una vuelta con su señora al hermoso sol de los inviernos claros de Madrid. -pág. 12- Martes era el día siguiente, y nos dijo el portero:
-Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy.
-Grandes negocios habrán cargado sobre él -dije yo.
Como soy el diablo y aun he sido duende, busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una charada del Correo entre manos que le debía costar trabajo el acertar.
-Es imposible verle hoy -le dije a mi compañero-; su señoría está en efecto ocupadísimo.
Dionos audiencia el miércoles inmediato, y, ¡qué fatalidad!, el expediente había pasado a informe, por desgracia, a la única persona enemiga indispensable de monsieur y de su plan, porque era quien debía salir en él perjudicado. Vivió el expediente dos meses en informe, y vino tan informado como era de esperar. Verdad es que nosotros no habíamos podido encontrar empeño para una persona muy amiga del informante. Esta persona tenía unos ojos muy hermosos, los cuales sin duda alguna le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia de nuestra causa.
Vuelto de informe se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el tal expediente no correspondía a aquel ramo; era preciso rectificar este pequeño error; pasose al ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y hétenos caminando después de tres meses a la cola siempre de nuestro expediente, como hurón que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni vivo de la huronera. Fue el caso al llegar aquí que el expediente salió del primer establecimiento y nunca llegó al otro.
-De aquí se remitió con fecha de tantos -decían en uno.
-Aquí no ha llegado nada -decían en otro.
-¡Voto va! -dije yo a monsieur Sans-délai, ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población?
Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio!
-Es indispensable -dijo el oficial con voz campanuda-, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.
Es decir, que el toque estaba, como el toque del ejercicio militar, en llevar nuestro expediente tantos o cuantos años de servicio.
Por último, después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, o a la aprobación o al despacho, o debajo de la mesa, y de volver siempre mañana, salió con una notita al margen que decía:
«A pesar de la justicia y utilidad del plan del exponente, negado.»
-¡Ah, ah!, monsieur Sans-délai -exclamé riéndome a carcajadas-; éste es nuestro negocio.
Pero monsieur Sans-délai se daba a todos diablos.
-¿Para esto he echado yo mi viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: «Vuelva usted mañana», y cuando este dichoso «mañana» llega en fin, nos dicen redondamente que «no»? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se haya fraguado para oponerse a nuestras miras.
-¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.
Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron para la anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión.
-Ese hombre se va a perder -me decía un personaje muy grave y muy patriótico.
-Esa no es una razón -le repuse-: si él se arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide; él llevará el castigo de su osadía o de su ignorancia.
-¿Cómo ha de salir con su intención?
-Y suponga usted que quiere tirar su dinero y perderse, ¿no puede uno aquí morirse siquiera, sin tener un empeño para el oficial de la mesa?
-Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere.
-¿A los que lo han hecho de otra manera, es decir, peor?
-Sí, pero lo han hecho.
-Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. ¿Conque, porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible, será preciso tener consideraciones con los perpetuadores del mal? Antes se debiera mirar si podrían perjudicar los antiguos al moderno.
-Así está establecido; así se ha hecho hasta aquí; así lo seguiremos haciendo.
-Por esa razón deberían darle a usted papilla todavía como cuando nació.
-En fin, señor Fígaro, es un extranjero.
-¿Y por qué no lo hacen los naturales del país?
-Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre.
-Señor mío -exclamé, sin llevar más adelante mi paciencia-, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que los venza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de quererlo adivinar todo y no reconocer maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas.
»Un extranjero -seguí- que corre a un país que le es desconocido, para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero, si pierde es un héroe; si gana es muy justo que logre el premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país, no viene a sacar de él el dinero, como usted supone; necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de media docena de años, ni es extranjero ya ni puede serlo; sus más caros intereses y su familia le ligan al nuevo país que ha adoptado; toma cariño al suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde ha escogido una compañera; sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán; en vez de extraer el dinero, ha venido a dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir; ha dejado otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero; ha dado de comer a los pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse; ha hecho una mejora, y hasta ha contribuido al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas importantes verdades, todos los Gobiernos sabios y prudentes han llamado a sí a los extranjeros: a su grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor; a los extranjeros de todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas; a los extranjeros han debido los Estados Unidos... Pero veo por sus gestos de usted -concluí interrumpiéndome oportunamente a mí mismo- que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se debe convencer. ¡Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas!
Concluida esta filípica, fuime en busca de mi Sans-délai.
-Me marcho, señor Fígaro -me dijo-. En este país «no hay tiempo» para hacer nada; sólo me limitaré a ver lo que haya en la capital de más notable.
-¡Ay, mi amigo! -le dije-, idos en paz, y no queráis acabar con vuestra poca paciencia; mirad que la mayor parte de nuestras cosas no se ven.
-¿Es posible?
-¿Nunca me habéis de creer? Acordaos de los quince días...
Un gesto de monsieur Sans-délai me indicó que no le había gustado el recuerdo.
-Vuelva usted mañana -nos decían en todas partes-, porque hoy no se ve.
-Ponga usted un memorialito para que le den a usted permiso especial.
Era cosa de ver la cara de mi amigo al oír lo del memorialito: representábasele en la imaginación el informe, y el empeño, y los seis meses, y... Contentose con decir:
-Soy extranjero. ¡Buena recomendación entre los amables compatriotas míos!
Aturdíase mi amigo cada vez más, y cada vez nos comprendía menos. Días y días tardamos en ver las pocas rarezas que tenemos guardadas. Finalmente, después de medio año largo, si es que puede haber un medio año más largo que otro, se restituyó mi recomendado a su patria maldiciendo de esta tierra, y dándome la razón que yo ya antes me tenía, y llevando al extranjero noticias excelentes de nuestras costumbres; diciendo sobre todo que en seis meses no había podido hacer otra cosa sino «volver siempre mañana», y que a la vuelta de tanto «mañana», eternamente futuro, lo mejor, o más bien lo único que había podido hacer bueno, había sido marcharse.
¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo, y pereza de abrir los ojos para hojear las hojas que tengo que darte todavía, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada, y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que no pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fue de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé «Vuelva usted mañana»; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: «¡Eh!, ¡mañana le escribiré!». Da gracias a que llegó por fin este mañana que no es del todo malo: pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!
El Pobrecito Hablador, n.º 11, enero de 1833.








Isaac Rosa, con su novela El país del miedo, ha sido el ganador del Premio Fundación José Manuel Lara Hernández a la mejor novela de 2008, dotado con 150.000 euros.
La novela de Rosa, editada por Seix Barral, se ha impuesto a las otras cuatro que habían quedado también finalistas: La familia de mi padre, de Lolita Bosch (Mondadori); Sal, de Manuel García Rubio (Lengua de Trapo); Paraíso inhabitado, de Ana María Matute (Destino) y El comienzo de la primavera, de Patricio Pron (Mondadori). El jurado que ha fallado el premio, que cada año conceden doce editoriales, ha estado formado por Manuel Borrás, Juan José Ginés, Paco Goyanes, Jorge Herralde, José Manuel Lara, José Carlos Mainer, Lluís Morral, José María Pozuelo Yvancos y Jesús Vigorra.
Tras conocerse el fallo, Isaac Rosa (1974) ha manifestado su alegría por haber ganado este premio y ha dicho que esta novela es "la más personal de las suyas" y trata "sobre el miedo y contra el miedo", aunque "no pretende curarlo". "Es un libro de resistencia, para que los lectores con pensamiento crítico aprendamos a resistir", ha asegurado el autor, que ha "desnudado sus inquietudes" para bucear en los miedos de los demás.
La novela ganadora plantea un tema necesario en una época como la actual que está llena de miedos, incluido el que se tiene a la crisis financiera. Rosa ha querido indagar en el miedo ambiental, que, como dijo cuando se publicó el libro, "es uno de los temores centrales de nuestro tiempo, pero del que se escribe poco".
Él se propuso ahondar en su nuevo trabajo en "los miedos contemporáneos", determinar su origen y establecer a quiénes benefician. Y, según el autor, "el primer beneficiario de que haya una sociedad atemorizada es el poder, que consigue ciudadanos más dóciles". Este miedo justificaría "el recorte de libertades" en las democracias occidentales y haría que "a cambio de protección aceptemos que nos humillen en los aeropuertos". Hay también "toda una industria del miedo que vive de nuestro temor y que gira en torno a la protección", señala Rosa.
El hombre actual vive en permanente estado de alerta ante "amenazas relacionadas con el terrorismo, el transporte o la delincuencia", y esa sensación recorre las páginas de El país del miedo, cuyo título alude a un lugar imaginario en el que se harían realidad todos nuestros temores. A este lugar inquietante llega, empujado por sus miedos cotidianos, el protagonista de la novela, un padre de familia que vive en una zona residencial de una gran ciudad. Carlos teme sufrir una paliza, ser asaltado en la calle, sufrir un robo en su casa mientras duerme o que secuestren a su hijo, Pablo.

jueves, 26 de marzo de 2009

naruto


Título: Naruto
Autor:
Masahi Kishimoto
Editorial española: Ediciones Glénat

Naruto comenzó a publicarse en Japón a finales de 1999 dentro de la revista Shonen Jump (la misma en la que se publicó Dragon Ball, Slam Dunk o Caballeros del zodíaco, por ejemplo) donde no ha tardado en convertirse en una se las series más populares de la cabecera en la actualidad (la editorial nipona decía haber vendido a fecha de 2003 doce millones de copias de los tomos recopilatorios, ahí es nada), compitiendo con One Piece. En Japón ha superado la veintena de tomos publicaso, y sigue en curso.
Naruto es el primer trabajo destacado de su autor, Masashi Kishimoto (Japón, 8/noviembre/1974), que se introdujo en el mundo del manga al ganar a los 20 años el premio Hope Step de Sueisha para autores noveles, un galardón que en el pasado han recibido gente como Yoshihiro Togashi (Yu Yu Hakusho), Nobuhiro Watsuki (Ruroni Kenshin) o Eiichiro Oda (One Piece), otros autores destacados del Shonen Jump.
Hay quien compara Naruto con Dragon ball, afirmación algo exagerada quizás (aunque muy popular, Naruto no llega ni por asomo al nivel de la dragonballmanía que desataron Son Gokuh y compañia en sus buenos tiempos) pero las dos obras no están exenta de algunos puntos en común. Para empezar, tanto estética como narrativamente el trabajo de Kishimoto recuerda bastante al de Akira Toriyama (lo que desde ya podeis considerarlo como todo un piropo para el trabajo de Kishimoto). Por otro, ambas obras tienen algunso puntos en común: se desarrollan en mundos imaginarios ligeramente similares en tanto que mezclan realidad con elementos fantásticos, son series de aventuras y acción (vertiente "combates de artes marciales y derivados") con toques de humor protagonizadas por un joven de pasado misterioso y que aspira a hacerse cada vez más y más poderoso, y las dos tienen un elenco de personajes carísmáticos y bien definidos (no solo el protagonista, sino los secundarios y antagonistas; así, por ejemplo, el maestro Kakashi fue votado por los lectores japoneses como su personaje favorito, superando a Naruto por poco). Como ocurren en buena parte de las series del Shonen Jump, Naruto tiene como ingredientes combates contra enemigos gradualmente más poderosos (ver Rurouni Kenshin, Los Caballeros del Zodíaco o Yu Yu Hakusho) y la autosuperación, la amistad y el sacrificio son temas recurrentes en sus historias.
Uno de los principales atractivos de Naruto es la abundante mitología y sociedad propia que construye alrededor de los ninjas, que son sin duda uno de los elementos histórico-culturales más conocidos y atractivos de Japón. A lo largo de la serie vamos conociendo toda la organización social para los ninja, sus señas de identidad características (cada Villa tiene un emblema diferente, y todos los ninja graduados llevan una cinta con el emblema de su villa que los identifica como ninjas) y las diferentes técnicas y explicaciones que crea para sus habilidades (todas basadas en la aplicación del Chakra del cuerpo del ninja), muchas veces en forma de "clases" destinadas al propio Naruto.


¿De qué va?

Aventuras, acción, fantasía y humor. Naruto es un manga ambientado en un mundo imaginario donde los ninjas tienen un papel muy importante. Los ninjas están divididos en cinco escuelas, donde cada una forma una pequeña sociedad independiente y organizada agrupada en una ciudad (una "Villa") oculta con sus técnicas y características propias. Naruto es el nombre de nuestro protagonista, un joven aprendiz de ninja de la escuela de la Hoja. Húerfano de pasado misterioso (que se revela en el primer tomo), Naruto es un gamberro poco amigo de la disciplina que utiliza de forma poco ortodoxa las técnicas ninja (por ejemplo, usa la técnica de la transformación para convertirse en una atractiva fémina desnuda y así desconcentrar a su antagonista), su obsesión es convertirse en "Hokage", el ninja más importante de su Villa.
En su aprendizaje los ninjas que superan la prueba de acceso se organizan en grupos de tres que aprenderán y trabajarán juntos durante su formación en diferentes entrenamientos y misiones, cada uno tutelado por un maestro. Los compañeros de grupo de Naruto son Sasuke, el mejor estudiante de su clase de personalidad seria y reservada que anda en busca de venganza (de quíen se quiere vengar y por qué es uno de los misterios del cómic), y Sakura, una chica que siempre intenta mantener una imagen de "niña mona" aunque en realidad no es tan disciplinada y modosita como la imagen que proyecta. Además, a Sakura le gusta Sasuke (aunque éste la ignora totalmente) y no soporta a Naruto (aunque Naruto está coladito por ella), lo que supone un interés añadido al grupo. El profesor de los tres es Kakashi, un ninja de aspecto despistado y distraido pero que es más responsable y hábil más de lo que aparenta, y al que se le adivina también un pasado misterioso.

Los nombres en Naruto

Al parecer (o al menos así lo comentan en Mision Tokyo Magazine #2) una peculiaridad de la revista Shonen Jump es que "suguieren" a los autores que publican en ella que bauticen a sus personajes con nombres que tengan un significado de carácter popular y que sea facil de recordar e identificar, especilamente por los lectores más jóvenes. En el manga que nos ocupa, el caso más obvio es el de Naruto, que es el nombre de una galletita de pescado que se ponen el ramen (típicos fideos japoneses) y que tiene forma de espiral, y precisamente Uzumaki significa, literalmente, "espiral". No es casualidad, pues, que Naruto lleve una espiral bordada en su uniforme, o que (como se ve en los primeros capítulos) es aficionado al Ramen.
Otros personajes con nombre con significado "personalizado" serian Kakashi ("kakashi" significa "espantapájaros", algo que pega con el aspecto desgarbado del personaje, y Hatake -su apellido- es "prado"), Gaara (que significa "muerte", muy apropiado para el personaje), Sasuke (su apellido, Uchiha, significa "fanático" y se puede relacionar con su obsesión por vengarse) o Sakura (que significa literalmente "flor de cerezo", y es un nombre femenino muy típico que ya sonará a más de uno; por ejemplo, así se llama la protagonista de Card Captor Sakura, el archiconocido manga de Clamp).


Naruto: serie de TV y videojuegos


Y DOS NOVEDADES MÀS









  1. AUTOBIOGRAFÍA DE CHARLES DARWIN
  2. PARAÍSO INHABITADO de Ana Mª Matute.Destino. Barcelona, 2008. 396 páginas, 21 euros

¡YA TENEMOS CÓMICS!








  1. ABSOLUTE WATCHMEN

  2. NANA Nº1

  3. NANA Nº 2

  4. NANA Nº 3

  5. NANA Nº 4

  6. NANA Nº 5

  7. NARUTO 1

  8. NARUTO 2

  9. NARUTO 3

  10. NARUTO 4
  11. NARUTO 5
  12. BONE 1: LEJOS DE BONEVILLE
  13. BONE 2:LA GRAN CARRERA DE VACAS
  14. MOTADELO Nº 121( VENGANZA CINCUENTONA)
  15. SUPER HUMOR MORTADELO 50
  16. EL CANGREJO DE LAS PINZAS DE ORO
  17. TINTÍN EL TIBET
  18. LA ESTRELLA MISTERIOSA
  19. STOCK DE COQUE
  20. LA OREJA ROTA
  21. EL AÑO QUE VIMOS NEVAR
  22. TREYES 1: EPIFANÍA
  23. TREYES 2: EXODUS
  24. TREYES 3: NEMESIS
  25. EL HORE DEL PERRITO
  26. ESTHER Y SU MUNDO 1
  27. ESTHER Y SU MUNDO 2
  28. BATMAN : EGO
  29. SUPER HUMOR SIMPSON N 11
  30. AVENTURAS SPIROU Y FANTASIO 2
  31. RAROUNI KENSHIN INTEGRAL 01
  32. RAROUNI KENSHIN INTEGRAL 02
  33. RAROUNI KENSHIN INTEGRAL 03
  34. RAROUNI KENSHIN 04
  35. RAROUNI KENSHIN 05

LOLITA BOSCH EN EL "AULA JOSÉ MARÍA VALVERDE"






Escritora nacida en Barcelona en 1970. Licenciada en Filosofía por la Universidad de Barcelona. Escribe en catalán y castellano. Ha obtenido diversos premios y ha cultivado también la literatura infantil y juvenil. Destacamos : M, publicado por SM y las obras infantiles ¿Se puede saber quién ha dejado esta piedra aquí en medio? - Edebé- y ¡Jon ya sabe ir al lavabo! - La Galera-.
M
Lolita Bosch
Título original:
Editorial: SM
Año publicación: 2004
Temas: Literatura : Infantil y juvenil
M
Capítulo 1
Es primavera.
M ha cumplido 16 años hace un par de meses, juega al baloncesto en el equipo de su localidad, come todos los días en casa con su madre y su hermana menor, quiere estudiar veterinaria si no se dedica profesionalmente al deporte, va a un instituto público, saca buenas notas, es el mejor amigo de J y morirá asesinado mañana por la noche. Su padre lo matará en el salón de su casa de un tiro mortal, uno solo, certero, tras haerle disparado a su hermana pequeña y unos segundos antes de terminar con la vida de su esposa, la madre de M, quien será obligada a presenciar, agonizante, todavía incrédula, la muerte de sus dos hijos.
Este comienzo de la novela sirve de resumen argumental y ejemplifica la técnica novelística utilizada para un tema duro y cotidiano.

miércoles, 18 de marzo de 2009

ESCAPARATE






















NUEVA REMESA DE LIBROS

  1. MATILDA de R. Dahl, Editorial Alfaguara.
  2. JAMES Y EL MELOCOTÓN GIGANTE de R. Dahl, Editorial Alfaguara.
  3. EL GRAN JUEGO de Carlo Fabretti, Editorial Alfaguara.
  4. EL SEÑOR DEL CERO de María Isabel Molina, Editorial Alfaguara.
  5. M de Lolita Bosch, Editorial SM.
  6. EL PAÍS DEL MIEDO de Isaac Rosa, Editorial Seix-Barral
  7. TANTAS MENTIRAS de Eugenio Fuentes.
  8. LA MITAD DE OCCIDENTE de Eugenio Fuentes.
  9. CUERPO A CUERPO de Eugenio Fuentes.
  10. LA SANGRE DE LOS ÁNGELES de Eugenio Fuentes.
  11. EL INTERIOR DEL BOSQUE de Eugenio Fuentes.
  12. EL LECTOR de Bernhard Schlink. Compactos Anagrama.
  13. PASIÓN INDIA de Javier Moro.
  14. LOS HOMBRES QUE NO AMABAN... de Stieg Larsson.
  15. LA CHICA QUE SOÑABA... de Stieg Larsson.
  16. EL FUEGO
  17. INÉS DEL ALMA MÍA de Isabel Allende.
  18. TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA de Mario Vargas Llosa.
  19. LOS AIRES DIFÍCILES de Almudena Grandes.
  20. EL ECONOMISTA CAMUFLADO
  21. CORALINE

LOS ALUMNOS DE 3º Y 4º DE ESO VISITARON LA BIBLIOTECA PÚBLICA DE CÁCERES "ANTONIO RODRÍGUEZ MOÑINO/ MARÍA BREY"



























Los alumnos del IES "Javier García Téllez" visitaron la Biblioteca Pública "Rodríguez Moñino/ M. Brey" para formarse como usuarios y solicitar el carné de la misma. Fueron recibidos por el personal de la Biblioteca y en la sección infantil recibieron unas interesantes explicaciones sobre la historia de la biblioteca, cómo se usa, como se accede al catálogo a través de la web, su oferta y las múltiples posibilidades que tiene para todos. Además de las explicaciones, les fueron mostrados diferentes tipos de documentos( facsímiles, periódicos microfilmados, digitalizados y libros curiosos). Una vez acabada la parte teórica, hicieron un recorrido por las diferentes plantas del edificio: visitaron los diferentes espacios que ofrece y la sala de investigadores, en donde pudieron ver un documento manuscrito del siglo XVI adquirido recientemente por la Biblioteca.

miércoles, 4 de marzo de 2009

LEE EL REPORTAJE DE EL PAÍS "LA CULTURA YA ES DE MASAS".

REPORTAJE
La cultura ya es de masas
Títulos de calidad se cuelan entre los 'best sellers' y películas y series taquilleras son avaladas por la crítica - ¿Se acortan distancias entre la élite y el gusto popular?

ABEL GRAU 03/03/2009
www.elpais.com

LEE "LAS CHICAS DE ALAMBRE" DE JORDI SIERRA I FABRA


RESEÑA BIBLIOGRÁFICA:

Título: Las chicas de alambre
Autor: Jordi Sierra i Fabra
Editorial: Alfaguara
Colección: Serie roja
ISBN: 84-204-4915-6
Este autor de literatura juvenil, galardonado por algunas de sus obras, es muy popular por los temas de sus novelas (Noche de viernes, Campos de fresas). En esta novela nos traslada al mundo de la moda y su relación con la anorexia, pero también es una novela sobre la amistad.

lunes, 2 de marzo de 2009

ESCAPARATE




TENEMOS NOVEDADES EN NUESTRA BIBLIOTECA

NOVEDADES EN NUESTRA BIBLIOTECA

Por fin, tenemos un ordenador para catalogar en ABIES los libros de nuestra biblioteca y ya hemos empezado a catalogarlos. De momento, sólo irán las nuevas adquisiciones y los libros que alumnos y profesores vayan usando.
Teníamos una política de préstamos y ya está configurada en ABIES.
Todos los profesores y también el personal no docente están incluidos como lectores, los alumnos se irán añadiendo poco a poco; de momento sólo están los usuarios.
Nos ha llegado también el primer lote de libros, muy bien recibidos y estamos deseando que sean leídos por los alumnos sobre todo.

LIBROS DE CONSULTA

 DICCIONARIO DEL ESTUDIANTE (SANTILLANA)
 NUEVO DICCIONARIO ESENCIAL (SANTILLANA)
 GRAMÁTICA Y ORTOGRAFÍA PARA LA ESO

LECTURAS

1. CREPÚSCULO de Stephenie Meyer.
2. LUNA NUEVA de Stephenie Meyer.
3. AMANECER de Stephenie Meyer.
4. ECLIPSE de Stephenie Meyer.
5. LAS CHICAS DE ALAMBRE de Jordi Sierra i Fabra.
6. NUNCA SEREMOS ESTRELLAS DEL ROCK de Jordi Sierra i Fabra.
7. EL NIÑO QUE VIVÍA EN LAS ESTRELLAS de Jordi Sierra i Fabra.
8. KONRAD O EL NIÑO QUE SALIÓ DE UNA LATA DE SARDINAS de Christine Nöstlinger.
9. POBRE MANOLITO de Elvira Lindo.
10. YO Y EL IMBECIL de Elvira Lindo.
11. ¡COMO MOLO! Elvira Lindo
12. EL OTRO BARRIO de Elvira Lindo.
13. CHARLIE Y EL GRAN ASCENSOR DE CRISTAL de R. DAHL
14. LA SELVA DE LOS NÚMEROS de RICARDO GÓMEZ.
15. ¡MALDITAS MATEMÁTICAS! De CARLO FABRETTI.
16. MUERTE EN EL PRIORARO de Martínez de Leza.
17. TAMBIÉN LAS ESTATUAS TIENEN MIEDO de Elena Ferrari.
18. LA SOMBRA DEL GATO Y OTROS RELATOS DE TERROR de Concha López.
19.- ANTOLOGÍA DE POESÍA PARA JÓVENES DE ÁNGEL GONZÁLEZ.
20.- POESÍA ESPAÑOLA PARA JÓVENES.